lunes, 17 de agosto de 2015

LOS ZAPATOS DE MI PROFE



Me preocupan los zapatos de mi profe. ¡Casi nunca están limpios!

Cuando vamos a la montaña a buscar orugas para el proyecto de ciencias, sus zapatos llegan con barro y pedacitos de hojas secas que se le enredan en las medias. Es muy chistoso porque parecen cocodrilos. Cuando juega fútbol con nosotros se van volando  a veces con el balón como si tuvieran alas y entonces todos nos reimos. Pero lo mejor es cuando se le caen en la quebrada, porque los podemos pescar. Cuando estamos en clase de matemáticas y lo llamamos para que revise la tarea, él viene con su borrador de nata, la mira cuidadosamente , borra nuestros números equivocados (que son muchos) nos explica y luego se va con sus zapatos blancos de lluvia de borrador. Pero donde peor quedan los zapatos de mi profe es en la clase de arte. Hacemos experimentos de colores, cuadros y afiches y nos encanta, pero yo sospecho que a quien más le gusta es a él. Saca muchos pinceles diferentes , mezcla los colores en tapas grandes y chiquitas, pinta, canta y pinta. Pinta tanto que ni sale a recreo. Cuando nuestros cuadros y su cuadro están terminados, sus zapatos quedan salpicados con gotas de colores. ¡Son un desastre!

No sé por qué no los puede tener como los de la profe del otro salón. que siempre están limpios y brillantes.

Ella los cuida mucho. Por eso no los lleva a la montaña, ni juega fútbol con sus niños, ni les revisa su tarea, ni pinta. Yo la felicito por sus zapatos. su salón también está muy limpio. Las paredes siempre están blancas, el piso barrido y las mesas en orden. Los niños siempre están callados para que la profe no los regañe y sus zapatos, los de todos, muy bien embolados, sin manchas de colores, ni lluvia de borrador, ni hojas secas...

Pensándolo bien, prefiero los zapatos de mi Profe.

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