Recuerdo tu sonrisa, tu mirada tan tuya, tan del viento,
y el aire se puebla de latidos sostenidos en el cielo.
Atrapo discretamente tus palabras
tus palabras con alas y misterio
y mi boca se llena de silencios
Te leo, más allá de lo que escribes, más allá de lo que callas
y en mi alma queda la herida invisible
una mariposa blanca
un anuncio de sol
una muda canción
Te extraño sin permiso ni contraseña
y en los árboles se enreda esa historia que aún no me cuentas
leales los árboles que callan y me observan
me observan y me arrullan
me arrullan y me abrazan
me abrazan y me calman
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