Soy una gota de agua que se transforma en palabra, capaz de volar hacia ti , libélula inquieta que te ronda suavemente, te toca y se va, y vuelve para tocarte y se va, y vuelve y muere en tu piel para renacer en tu boca como suspiro camuflado en la primera hoja roja de tu otoño, que palidece y se vuelve papel blanco para que me dibujes y me escondas en tus manos y con tu caricia me conviertas en ánfora y así poder recibirte y dejarte ser mar, fundido en el brillo de la estrella que sabe volar como la libélula que te toca y se va y te toca y se va…
Soy la mujer que se reinventa con la luna; la que mejor pronuncia tu nombre. La que desaparece y aparece como lluvia de letras para hacerte soñar, mientras te espera escondida detrás del mismo árbol que te vio pasar con tu risa de niño y el alma nueva.
Soy para ti porque me llamas en voz alta; cuando plantes violetas en mis huellas, cuando te refugies confiado en mis brazos con la ternura que nos debe la vida. Soy para ti porque me dejas volar como libélula que te toca y se va, y te toca y se va, y te toca y muere en tu piel, para renacer en tu boca y en un suspiro convertirme en la primera hoja roja de tu otoño…
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